Respiración y conexión vital

Respiración y conexión vital

La mayoría de las personas vivimos la mayor parte del tiempo en nuestra mente, nos identificamos con nuestros pensamientos y nos dejamos llevar por ellos. Vivimos en la idea que nosotros tenemos de la realidad, en el recuerdo del pasado y en lo que está por venir. Nuestra mente está hecha de imágenes, impresiones y recuerdos o deseos, apegos y desapegos. La mente se vuelve solo pensante, dispersa y nos aleja del cuerpo y del momento presente.

Nuestros cuerpos pasan a ser la imagen mental que nosotros tenemos de nosotros mismos frente al espejo, lo que los ojos ven.

Tomar conciencia…

Tomar conciencia de nuestra respiración, lo primero nos permite darnos un tiempo para parar y estar con nosotros. La mayoría de los mortales no solemos estar tiempo con nosotros en silencio sin hacer nada, simplemente contemplándonos. Y lo segundo, tu respiración te acerca a tu mundo interno (sea el que sea). La respiración permite que la mente vuelque todos los sentidos hacia ti y enfoque la atención en tu cuerpo físico y en las sensaciones físicas e internas, más sutiles. De manera que la mente pensante deja paso a una “mente sintiente”, creándose una conexión vital. Esto no es cosa de un día , requiere de implicación , dedicación y fé

Por lo tanto, quizás esta conexión al principio te cueste. Por ejemplo, si yo te pido que enfoques tu atención en el hecho de respirar, puede ser que la mente venga y vaya de los pensamientos a la respiración y vuelta a empezar, es decir, que la atención o concentración hacia la respiración no sea constante. Pero tan solo el hecho de respirar de forma consciente, aunque sea por un instante nos permite acercarnos al cuerpo e ir restaurando poco a poco esa conexión mente y cuerpo. Esto requiere de entrenamiento, ya que en la mayoría de ocasiones el cuerpo y la mente se hayan muy alejados y desconectados el uno del otro.. Hay mentes que incluso dejan de sentir ciertas partes del cuerpo. Es como si éstas hubieran desaparecido de nuestro sentir y control.

Prestar atención es suavizar …

      Volver a esa unión, a esa conexión vital, requiere una respiración consciente, que nos traiga de vuelta al sentir. La atención hay que trabajarla, pero atender es suavizar y el hecho de atender a través de la respiración nos va a permitir ir siendo conscientes de forma progresiva de nuestro cuerpo y poder gestionar a través del aliento tensiones, rigidez o bloqueos. De hecho, ya tan solo por prestar atención a un lugar del cuerpo este se suaviza.  Como te decía: “la atención es suavidad .

Calmar y redescubrir…

la respiración consciente al permitir que nuestra mente sienta, la aleja de los pensamientos, calmándola, aquietándola, serenándola. El estado emocional de alerta, fatiga, cansancio, ira, ocasionado por tus pensamientos y emociones se equilibra. Sobre todo, nos invita a la calma y quietud, a la serenidad. Volver consciente tu respiración no significa que tengas que controlarla. Puedes sentirla acompañarla sin más por el interior del cuerpo, observando cómo es, por donde circula, como tu cuerpo reacciona a ella, es decir, te acerca a tu mundo interior. La respiración impregna cada rincón del cuerpo, y es esta propiedad de impregnarlo todo y poder llegar a cada rincón, creando movimientos y cambios de forma en nuestro cuerpo, lo que nos permite redescubrirlos y sentirnos desde otro punto de vista que va mas allá de nuestras creencias, juicios, imágenes mentales, pensamientos o deseos.

La respiración también nos permite ser testigos de lo que ocurre en nosotros. A la vez que nos acerca a las formas más sutiles y sintientes del ser, nos hace testigos de nuestra propia existencia. Y nos permite darnos cuenta de que no sólo somos una mente, o nuestras ideas, somos: “pura energía en constante movimiento fluyendo por un cuerpo físico y una mente que se alimentan de ella” André Van Lysebeth