Tu cuerpo y tu mente están conectados. Tus emociones, por ejemplo, son concreciones de pensamientos en el cuerpo físico.
La mente y el cuerpo se comunican constantemente. Todo lo que ocurre en la mente impacta en el cuerpo y lo que ocurre en el cuerpo es recogido por la mente.
Tanto cuerpo como mente forman parte de la naturaleza cambiante. Todo en la naturaleza se mueve, avanza, cambia, al igual que nuestros cuerpos y mentes lo hacen. No eres el de hace un minuto, por ejemplo, ni siquiera un segundo.
A través de tu sistema nervioso te adaptas al mundo, al cambio, al movimiento, a la vida, la procesas y respondes a ella. A veces ocurren respuestas automáticas a través del sistema nervioso autónomo y otras veces respuestas voluntarias a través del sistema nervioso somático.
El sistema nervioso se encarga de mantener el equilibrio interior en tu cuerpo y mente, pero además forma la base de la cognición y la conciencia. Es la base del pensamiento, el aprendizaje, la memoria, las emociones y la consciencia.

Las emociones, los pensamientos, al igual que la comida nutren, pero al igual que ella han de ser digeridos. Nada se puede quedar estancado, todo tiene que entrar, ser digerido, usado o desechado. El sistema nervioso autónomo responde de dos maneras a lo que ocurre; Si detecta una amenaza, luchando o huyendo (sistema nervioso simpático) y si detecta que todo va bien, relajándose (sistema nervioso parasimpático).
El problema es que a veces esas amenazas que detectas son constantes. Y también que en muchas ocasiones son amenazas subjetivas que percibes como tal, pero podrían no serlo vistas desde otro lugar.
Cuando una emoción ante una situación es muy repetitiva se transforma en un proceso emocional e incluso en una actitud ante la vida.
A veces vivimos percibiendo constantemente amenazas y nuestro sistema nervioso simpático (lucha, huida) está constantemente activo. Si esto ocurre a nuestro cuerpo y mente no le da tiempo a canalizar, procesar o digerir la respuesta que esto produce.
¿Qué ocurre entonces? El cuerpo se vuelve más rígidos, tenso, y, percibes aún más amenazas y peligros, ya que el sistema nervioso de la lucha está constantemente activo, estarás constantemente a alerta y perderás por lo tanto el equilibrio interior. Por supuesto, te costará mucho relajarte, te relacionarás desde la tensión, e incluso será complicado conciliar el sueño.
SAMSKARAS
Desde que nacemos estamos recibiendo información. En nuestra mente entran constantemente imágenes, inputs, estamos hechos de esos inputs. A esto el yoga lo llama samskaras.
No hay dos realidades iguales. Una persona que nació hace 50 habrá recibido inputs diferentes a una persona que haya nacido hace 5 años. Estás dos personas perciben el mundo desde lugares diferentes, percepciones distintas. Incluso esto pasará con dos personas nacida en el mismo año, e incluso en la misma ciudad. No percibimos el mundo igual. No hay dos experiencias iguales. Entender esto nos hace ser más compasivos incluso.
Por lo tanto, recibes al mundo desde tu programación y narrativa mental, que entre otras cosas te cuenta quién supuestamente eres. Un “Yo” creado desde tu propia realidad. En esa narrativa mental tú eres el protagonista de tus historias.
Además, cuando recibimos desde esa narrativa, desde ese yo, lo que sucede, lo hacemos desde deseos o aversiones, lo que queremos que suceda y lo que no… nos apegamos a los resultados de los acontecimientos, de la vida en general.
La sobre identificación con la narrativa mental y el esperar que suceda algo o no desde el deseo o aversión genera sufrimiento.
Esta sobre identificación hace muchas veces percibir amenazas donde no las hay o podría no haberlas.
Una de los métodos más efectivos para poder observar al mundo sin esa sobre identificación es volver al cuerpo, a las sensaciones físicas y a la respiración. Esto es un entrenamiento para reeducar a nuestro sistema nervioso, a nuestra mente y despertar la Consciencia. Rompe con viejos patrones mentales y favorece la neuroplasticidad mental, es decir favorece la manera en la que percibimos el mundo y nos relacionamos con el mundo.
Si percibes amenazas constantes , conectar con el cuerpo y con la respiración puede ayudarte a conocerte, encontrar equilibrio y cambiar la perspectiva.
Cierto es que no es un camino fácil. La vida está llena de obstáculos, dificultades, somos humanos. Pero quizá podamos transitar todo esto con mayor Consciencia y calma.
Desde que lugar percibes el mundo te hace cambiar tu experiencia personal. Con que ojos o mente ves el mundo y dónde pones el foco cambia la experiencia resultante. Es interesante preguntarse ¿Cómo experimento mi existencia?
Namasté